Acabado en blanco envejecido para muebles

El nombre de este bello estilo puede variar: blanco envejecido, blanco decapado, blanco provenzal… Pero en cualquier caso nos estamos refiriendo a lo mismo: muebles pintados en color blanco roto, con un atractivo toque como si el paso del tiempo les hubiera dejado su impronta.

Imagen Acabado enveje

Por supuesto, algunos muebles antiguos tienen este toque de por sí y es parte de lo que les hace tan especiales; pero conseguir el mismo efecto tampoco es difícil, y con esta técnica podremos renovar de manera muy eficaz cualquier mueble que nos interese actualizar. Además, el acabado en blanco envejecido no sólo sirve para muebles antiguos; los de líneas más modernas, como el dormitorio infantil que podemos ver en la fotografía, también quedan perfectos con esta técnica.

En primer lugar, vamos a echar un vistazo a los materiales. Para dar un acabado blanco envejecido a nuestros muebles, necesitaremos una selladora (acrílica si los muebles están en madera limpia; sintética, si están barnizados o pintados), esmalte acrílico o esmalte-laca blanco (el segundo es más resistente), cera incolora o amarilla para muebles, betún de Judea, lija nº 180 y 400, rodillo de esmaltar, brocha plana de buena calidad, una media vieja y un cepillo para zapatos.

Imagen Acabado enveje

El mueble que vayamos a recuperar tiene que tener una superficie que agarre bien la pintura. Para lograrlo no es necesario liarse con el decapante a levantar capa tras capa de barniz o pintura; a menos, claro está, que se trate de un mueble ya pintado con una capa gruesa y con churretes o defectos.

En caso contrario, basta con pasar una lija nº 180 de forma ligera por toda su superficie y aplicar una capa de selladora sintética con el rodillo de esmaltar. La brocha la utilizaremos para cubrir rincones a los que no llegue el cepillo. Si el mueble es de madera sin tratar, podemos emplear selladora acrílica, que desprende menos olor, se seca antes y se lava con agua.

Imagen Acabado enveje

Una vez seca la selladora, es el momento de dar el esmalte. También lo aplicaremos con el rodillo de esmaltar, bien extendido. Cada capa de esmalte (hasta un total de tres) hay que dejarla secar y lijarla después con la lija nº 400 para que quede lisa y suave. Tras la última capa, pasaremos la lija nº 180 por las molduras y algunas partes del mueble para dejar que se vea la madera, como si el mueble se hubiera desgastado con el tiempo.

El toque final lo aporta la pátina. Para hacerla, hay que coger una lata de cera, retirar una décima parte del contenido (como si fuera un quesito en porciones) y rellenar el hueco con betún de Judea. Después calentaremos la cera en el microondas o al baño María hasta que se funda y se mezcle con el betún. A continuación se mueve bien el contenido y se deja enfriar; una vez fría la pátina, se aplica por todo el mueble, bien extendida e insistiendo en los huecos para que penetre. Dos horas después es el momento de sacarle brillo, frotándola a fondo con el cepillo para zapatos envuelto en la media.

ImágenesHomespace, Horia Varlan, Frenchfinds.co.uk.

Por Marta Sánchez

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Categorías: Muebles y restauración

Publicado el: 24-06-2010 | Autor: Marta Sánchez

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