El dormitorio es uno de los espacios más susceptibles de cambios a través del tiempo, ya que los textiles son el gran medida los encargados de poner el color, y también son los más fáciles de cambiar y sustituir por otros siempre que nos apetezca.
Por esa razón, tenemos la posibilidad de atrevernos con determinados colores como el amarillo, que no utilizaríamos en zonas, elemento o espacios que deberán permanecer inertes al paso del tiempo.
Las versiones más suaves y los tonos pasteles del amarillo son colores muy adecuados para el dormitorio, porque trasmiten calma y luminosidad a la habitación.
Combinado con maderas de tonalidades oscuras, el color amarillo produce unos atractivos contrastes perfectos tanto para habitaciones modernas, como para habitaciones más clásicas.
En habitaciones que solo se utilizan para dormir de manera ocasional, y que diariamente son espacios destinados al relax, el amarillo resulta un color muy adecuado para conseguir espacios tranquilos en los que hacer muchas actividades relacionadas con el ocio personal.
El amarillo es un color atemporal, pero si bien es cierto que llegada la primavera gana enteros frente a otras tonalidades más profundas u oscuras.
En ambientes modernos, la combinación del color amarillo con diferentes tonalidades grises, blancos y perlas, puede dar resultados sorprendentes.
Fotografías: Potterybarn, Jab Textil, Textura Interiors, Wrapables, B&B Italia
Mañana pararemos a contemplar las bondades del amarillo en el salón.
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