Las campanas extractoras decorativas son desde hace tiempo las reinas de nuestras cocinas. Probablemente son el electrodoméstico que permite mayores posibilidades de diseño. Y tanto en las cocinas rústicas como en las cocinas más modernas cumplen un papel fundamental, tanto desde el punto de vista de la estética como de la higiene y el confort. Veamos cómo elegir la adecuada y hacerle un mantenimiento correcto…
Las campanas extractoras son un elemento de primer orden en la cocina para evacuar los humos y olores durante la cocción de los alimentos, al margen de si nos gusta abrir o no la ventana mientras cocinamos. Deben cubrir por completo la placa de cocción sea del tipo que sea, por lo que el primer criterio de elección es el tamaño, acorde con las medidas de la placa, para que cumpla su función principal correctamente (evacuación de humos, vapor, olores…).
La clave es el espacio
Las campanas extractoras más espectaculares son las campanas exentas o de tipo chimenea. Las hay de muchos tipos. Las principales son de pared o de isla de cocina, aunque también las hay de techo (parecen luminarias de oficina) e incluso de encimera… Se pueden hacer de obra, pero las que se fabrican ya pret-a-porter tienen diseños ingeniosos, normalmente en formas rectangulares o curvadas y superficies convexas. En general, son la opción cuando se dispone de una cocina espaciosa donde no es necesario aprovechar todos los espacios al milímetro, especialmente el hueco que queda libre alrededor del tubo de extracción de humos. Por lo tanto, puede decirse que son la alternativa decorativa a las discretas campanas extractoras de encastre y telescópicas, que suelen ubicarse bajo un armario de cocina.
Tipos de acabados
Los acabados son muchos, aunque han triunfado las campanas de acero inoxidable. Puede ser interesante que dispongan de un buen tratamiento antihuellas para evitar dejar marcas de grasa al manipular los mandos con los dedos.
También se pueden encontrar lacadas en colores, especialmente blanco o negro, y en cualquiera de los casos, combinadas con cristal.
Potencia de aspiración
En este punto conviene recordar que existen dos modelos de campanas de cocina: las que succionan y evacuan los humos al exterior por un tubo que llega a un shunt o directamente a la fachada; y las que depuran el aire a través de filtros y lo vuelven a poner en recirculación (se usan cuando no hay salida próxima al exterior)
Cuando hablamos de campanas extractoras de succión (las más habituales), lo esencial es, sin duda, interesarnos por su potencia de aspiración, medida que se facilita en m3 /hora. Entre 300 y 900 m3 /hora es el rango que cubren la mayor parte de modelos. No es que una sea mejor que otra, o no exactamente…
En función de la superficie de tu cocina, necesitarás un modelo de campana extractora más o menos potente. La fórmula es sencilla: basta calcular los metro cúbicos de la cocina (alto x largo x ancho). Si el resultado son 30 m3 necesitas una campana con una capacidad de absorción de 300 m3 /hora para que sea capaz de extraer diez veces el volumen de la cocina (en humos) en una hora. Si la cocina es americana, y comparte espacio con el salón, ten en cuenta la superficie total de ambas estancias.
En cualquier caso, es importante que la medida del tubo de extracción no supere el metro y medio, y que sea lo más recto posible, sin codos ni inclinaciones que dificulten la extracción.
Además de decorar y mantener la cocina libre de humos y olores, las campanas decorativas ejercen una función de iluminación que no debemos olvidar a la hora de elegir modelo, ya que este detalle se cuida cada vez más. Y, por supuesto, la rumorosidad del aparato es otro factor importante a tener en cuenta, aunque no exclusivo de los modelos decorativos… La comodidad es otro factor a valorar, ya que existen actualmente modelos de campanas extractoras con mando a distancia (Pando).
Mantenimiento
La campana extractora se engrasa con facilidad, y hay que mantenerla siempre limpia para que la higiene al cocinar sea correcta. Esto es especialmente cierto para los modelos decorativos, cuya principal pega es una mayor superficie a desengrasar… El lavado de los filtros es necesario cada pocos días (en función de lo que se cocine en casa, claro). Los últimos modelos incorporan, al respecto, un detector de saturación de filtros, que avisa cuando es necesaria limpieza.
Los filtros metálicos se lavan sin problema en el lavavajillas, y si pierden brillo se pueden frotar con un trapo empapado en abrillantador de lavavajillas directamente. Para la parte decorativa de la campana una bayeta húmeda con un poco de jabón neutro (lavavajillas a mano) y unas gotas de amoniaco es suficiente. Las toallitas especiales de cocina que venden en hipermercados y droguerías también suelen dar buen resultado si necesitas una limpieza rápida. Finalmente, en las campanas de recirculación, el cambio de filtros de carbono una vez al año es indispensable.
Precios
Comparadas con las campanas de encastre más simple, que se pueden encontrar por 50 € o incluso menos, las campanas decorativas pueden resultar caras. Pero lo cierto es que marcas low cost de electrodomésticos como Cata las incorporan las campanas decorativas de pared en sus catálogos a partir de unos 120 €. Las más baratas las encontramos en marcas como Edesa, Teka y Mepamsa. Entre 300 y 400 euros encontramos ya campanas de gran potencia y buen diseño a cargo de marcas medias de prestigio. Y en función del diseño podemos llegar a encontrar precios muy elevados. En campanas de isla partimos de precios entre 500 y 600 euros hasta los 2.500 o 3.000 euros sin ir muy lejos…
Fotografías: Pando
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Categorías: Electrónica de consumo
Publicado el: 23-01-2013 | Autor: María Tebar