Siempre que se intenta crear marca, corporativizar, embellecer o modernizar un concepto tradicionalmente vinculado al bajo coste y a la inmediatez como lo es la venta de alimentos para llevar, se corre el riesgo de arrebatarle al mismo tiempo su aura personal, artesanal y accesible.
Por lo tanto, la operación de transformar un antiguo garaje del centro de Sabadell en una pasarela de "Haute Cuisine Pret a Porter" se planteó desde el principio para el estudio Denys & von Arend como un reto complejo que consistía en armonizar contradicciones inherentes a la fusión de conceptos, al tiempo que se atendían las necesidades de dos actividades distintas, dos públicos diferenciados y dos manera de consumir el producto. El catering de alto standing y la venta de cenas gourmet low cost.
Sobre un típico mantel a cuadros, configurado a partir de una combinación de baldosas de porcelánico blanco, negro y rayado que recubre parcialmente el suelo y parte de la pared, se instaló un área de acceso público dividida por un importante mostrador confeccionado a medida en aglomerado de viruta barnizado.
Este mostrador, que aporta calidez al monocromático entorno, se abraza a una vitrina refrigerada de cristal donde los platos son exhibidos como piezas de joyería, bajo los haces de luz que provienen de cincos lámparas colgante con blancas pantallas en forma de sombreros de chef.
Los botelleros unitarios que salpican las paredes así como la porción de pizarra que las obliga a contar sus cambiantes mensajes terminan de refutar su inicial timidez.
El color y el grafismo del local bebe de la imagen corporativa diseñada para la marca, y ésta a su vez de la estética del local, pues nacieron de forma paralela.
Esta simbiosis es evidente en la fachada en donde se combinan el patrón gráfico del mantel, el logotipo, el aglomerado de viruta, la transparencia del cristal y al iluminación específica como antesala a una experiencia que pretende estimular todos los sentidos.
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Publicado el: 06-04-2012