Las mañanas cuando hay niños en casa suelen ser un caos. Despertares perezosos que acaban desembocando en un sinfín de prisas, gritos, niños corriendo y padres desesperados, y esto se multiplica cuantos más niños haya.
Las posibilidades de solucionar esto cuando en casa hay dos cuartos de baño también se multiplican, ya que podemos destinar uno de ellos en exclusiva a los niños, y adaptarlo de forma que facilite el movimiento y la actividad en él.
De entrada, podéis ver que se trata de un baño muy colorido, con colores muy vivos que estimulan a los niños, lo que activará el sistema nervioso y facilitará que desarrollen las actividades mañaneras con un ritmo más rápido.
Cada niño dispone de un lavabo, y en él están su toalla y su cepillo de dientes, así como sus objetos personales, en el armario que queda bajo el pozo.
En el mueble alto que se sitúa detrás de esos lavabos se han dispuesto el resto de cosas que los niños necesitarán, pero que podrán compartir. Rollos de papel, jabones, toallitas, juguetes para la ducha…
Además, y para enseñarles la importancia del orden y de la colaboración en las tareas domésticas, se han colocado dos contenedores con el nombre de los niños para que depositen en él la ropa que hay que lavar, y debajo de ellos, dos contenedores más grandes donde los padres podrán ir depositando esa misma ropa, diferenciando el tipo de lavado que precisará, algo que sin duda facilitará en gran medida el trabajo en el hogar.
Encima de esos contenedores y ya fuera del alcance de los niños, o al menos de los más pequeños se encuentra el armario en el que guardar los jabones y detergentes necesarios para preparar la colada.
Fotografías: Ikea