El tipo del acabado que presenten las paredes también influirá en el acabado final que trasmitirá la superficie pintada. Un mismo color, en acabado brillo o mate, puede cambiar por completo el aspecto de la habitación.
Una superficie pintada con una pintura de acabado mate hará que un color oscuro absorba la luz de manera uniforme, y como resultado, todavía aparecerá más oscuro.
Por el contrario, una superficie con pintura de aceite, de aspecto brillante, reflejará la luz y potenciará la profundidad del color, lo que puede doblar el impacto que genera la luz natural y la artificial.
Fotografía: Trim Interiors