Llegamos a casa después de un largo y agotador día de trabajo, preparamos la cena, atendemos a los peques... ya no podemos más, y entonces llega nuestro momentp, ese plácido momento de relax en el que solo importamos nosotros y nuestras circunstancias.
En ese momento nos introducimos en el cuarto de baño para disfrutar de un baño relajante o una ducha calentita. Puede ser uno de los mejores momentos del día, el que nos haga olvidar los problemas y las preocupaciones y el que prepare nuestro cuerpo para el descanso y nos ayude a dormir mejor.
Si este momento lo decoras con unas velas y lo disfrutas en una penumbra iluminada solo por la llama de esas velas comprobarás cómo tu cuerpo y tu mente se ponen de acuerdo para desconectar del mundo y concentrarse solo en ti.
Fotografías: Zara Home