El vidrio es un material que acompaña a la humanidad casi desde sus inicios. Posee todo tipo de cualidades: transparencia, durabilidad, mantenimiento prácticamente nulo, estética y pureza. La variedad de vidrios que hoy día podemos encontrar en las viviendas es enorme, y también las distintas aplicaciones que tienen. Si nos fijamos, encontramos vidrios por todas partes: en las puertas acristaladas, en los muebles de cocina, en las ventanas, en encimeras de mesas, en vitrinas, formando baldas...
TIPOS DE VIDRIOS Y SUS APLICACIONES
El vidrio se obtiene de la fusión a altísimas temperaturas de la arena de sílice. El tipo más corriente y habitual es el vidrio recocido, que una vez extraído del horno se vuelve a cocer para aumentar su resistencia y durabilidad.
El que más se emplea en construcción es el llamado vidrio float, flotado o plano. Se llama así porque a la plancha de vidrio se la hace flotar sobre estaño fundido para aportarle uniformidad y espesor regular, así como una planitud perfecta.
Vidrio laminado: son paneles compuestos de dos o tres láminas de vidrio unidas entre sí por un material plástico, el butiral de polivinilo. Este material aumenta la resistencia del vidrio a la rotura y aporta protección contra los rayos uva. Además, si el vidrio se rompe, los fragmentos quedan unidos a la lámina y hay menos riesgo de accidentes. Estos vidrios son especialmente resistentes y suelen servir como medida antirrobo y de seguridad.
Vidrio templado: es el que se suele utilizar para encimeras de mesa, puertas de armarios y mamparas de baño y ducha. Recibe ese nombre porque al vidrio corriente se le somete a un proceso térmico, consistente en calentarlo hasta casi ablandarlo, y entonces aplicarle un fuerte chorro de aire frío en la superficie que lo endurece sobremanera. Este vidrio es muy seguro, ya que cuando se rompe, en lugar de fragmentarse en trozos grandes se astilla en pedazos diminutos que no suponen apenas riesgo de corte.
Vidrio antirreflejos: a las superficies de este vidrio se les somete a un tratamiento que altera su textura, de manera que no reflejan la luz del sol. También se le llama vidrio mate, y es el más adecuado para enmarcar láminas, acuarelas, fotografías, etc.
Vidrio acústico: es un vidrio más grueso de lo habitual que ofrece una resistencia alta al paso de los ruidos. Dicha resistencia se mide por el coeficiente de amortiguación (Rw) y se expresa en decibelios (dB). Este coeficiente debe ser adecuado para amortiguar 32 dB en adelante.
Vidrios decorados: pueden ser impresos o serigrafiados; los primeros son sometidos a un proceso en una de sus caras o en ambas, que altera la superficie. Los segundos se componen de dos hojas de vidrio; se serigrafía la cara de uno y se pega al otro, de forma que la capa decorada queda por el interior. Pueden colocarse en las ventanas.
ACRISTALAMIENTO PARA VENTANAS
Las ventanas actuales llevan casi todas doble acristalamiento, y a veces incluso triple. En el exterior de las hojas se sitúa un vidrio y en el interior va otro, ambos separados por una cámara de aire rellena de gas: kriptón, SFC o argón. Cuanto más gas lleve la cámara, mejor será el aislamiento térmico. Lo normal es que la proporción de gas que haya dentro de la cámara sea de alrededor de un 84%, pero los acristalamientos de mejor calidad pueden llegar al 98%.
Los cristales deben tener un grosor mínimo de 4 mm; cuanto más gruesos sean, mejor. Es recomendable que el vidrio exterior sea más grueso que el interior. En cuanto a la cámara de aire, lo mejor es que tenga un ancho de 12 mm en adelante. Una opción de muy buena calidad sería un acristalamiento de 5/14/4.
Los planes renove de las comunidades autónomas ofrecen subvenciones para cambiar el acristalamiento de las ventanas, además de los marcos. Muchos de ellos estarán vigentes hasta el otoño de este año, y ofrecen hasta 24 €/m2 de subvención para el cambio de cristales simples por dobles.
Si queremos cambiar los cristales de las ventanas y dejar los marcos, podemos calcular que un doble acristalamiento estándar de 4/8/6 con vidrios exterior e interior tipo float incoloro nos puede costar a partir de unos 80 €/m2.
CONSEJOS DE MANTENIMIENTO
El vidrio tiene muchas ventajas, pero también un enorme inconveniente: su fragilidad. Cuando un vidrio se rompe no se puede volver a unir sin dejar una fisura evidente que no se puede ocultar con nada. Existen pegamentos que actúan con el calor, cuando se exponen a la luz solar, para realizar pequeños arreglos en vidrio; pero lo mejor cuando un vidrio se rompe es comprar otro.
Los vidrios se limpian con facilidad con limpiacristales y papel de periódico. El alcohol de quemar da también excelentes resultados. Además, para mamparas de baño y ducha existen tratamientos especiales que repelen la suciedad y evitan que las gotas de agua se queden en la superficie. Merece la pena gastar un poco más y escoger vidrios tratados con estos sistemas.
Si necesitamos proteger nuestra casa del sol, también podemos colocar láminas solares en los cristales de las ventanas. Estas láminas se cortan a la medida y se pegan por el interior del cristal, mojando su superficie con agua. Son perfectas para dejar pasar la luz a los espacios y poder disfrutar de las vistas, sin tener que soportar la acción directa de la radiación solar y el calor que produce.
PRECIOS
Vidrio estándar: 65 €/m2 aprox.
Vidrio templado de 6 mm de espesor: alrededor de 150 €/m2.
Vidrio laminado de seguridad: sobre 100 €/m2.
Imágenes: 2modern, Display Case, Dupont, Alibaba.com, Vidrioperfil.com
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Publicado el: 05-01-2011 | Autor: Marta Sánchez